Jueves 16 Abril
- Evangelio: Juan 3,31-36
" El que cree en el Hijo posee la vida eterna "
"El que viene de lo alto está
por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la
tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y
ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio
certifica la veracidad de Dios. El que Dios envió habla las palabras de Dios,
porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto
en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo
no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él."
Creer en el Hijo es creer en su condición divina. Él posee la revelación
de Dios “porque (Dios) no da el Espíritu con
medida”.
“
El que viene del cielo está por encima de todos ”
“El
que acepta su testimonio certifica la veracidad de Dios”
Son
todas expresiones de un valor cristológico altísimo.
Todo
nos lleva a una inversión de fe de una radicalidad absoluta. No basta con tributar a Jesús una admiración por la calidad de su mensaje, o
una afectividad despertada por su tipo de vida.De lo que se trata es de centrar
en Él toda la realidad existente
De
manera que la opción por èl no es compatible con adhesiones rivales. ”Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y
despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas” Mateo 6,24
Una
vez más Jesús nos enfrenta al “apego a la riqueza” .Tenemos derecho a
preguntarnos ¿ Por qué Jesús plantea siempre esa incompatibilidad ?
El
problema es que tendríamos que preguntárselo a los iniciadores de todas las religiones
serias y a todas las figuras que han llegado a los niveles más sublimes de la experiencia religiosa. Todos plantean el
mismo juicio sobre estas dos realidades
Podemos
también pasear la mirada por dos escenarios: uno es la
realidad que se crea alrededor de las figuras que admiramos por su santidad y el otro escenario es el que nos hacen ver la condición humana de las figuras que
se centraron en el afán por las cosas materiales
Logicamente estamos claros de que no se trata de
ningún maniqueísmo simplista que incite a un desprecio hacia las realidades materiales sobre las que se construye
nuestra existencia. Se trata es de poner en claro la radicalidad de nuestra
fe tal como la plantea Jesús.
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