Sábado 1 Agosto
"Tú eres mi Hijo
amado, mi predilecto"
En
aquel tiempo, proclamaba Juan: "Detrás de mí viene el que puede más que
yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo los he bautizado
con agua, pero él los bautizará con Espíritu Santo." Por entonces llegó
Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán. Apenas
salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una
paloma. Se oyó una voz del cielo: "Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto."
El
episodio que narra el evangelio nos presenta una actuación de la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo
La relación del Padre y el Espíritu con el Hijo Jesús es relación de amor
absoluto. Esa es la relación trinitaria
La Santísima Trinidad es la Primera Gran
Comunidad. Así es nuestro Dios. No es una pieza monolítica sino una relación amorosa
Una relación comunitaria. No podemos
decir más porque es el misterio sobre todos los misterios pero lo que nos
revela Jesús y los Evangelios basta para pensar que Dios es
una relación de amor
Por eso cuando nos motivamos a ser
comunidad con las otras personas no estamos inventando algo simplemente de buen
gusto. Estamos motivándonos a llevar a
cumplimiento lo que Dios quiso al hacernos a su imagen y
semejanza
El ser
humano realiza el propósito de Dios cuando es capaz de entablar
profundas relaciones de comunidad
Un ser humano ensimismado y aislado,
cerrado sobre sí mismo o con pocas relaciones humanas, es un ser que no se copia sobre la imagen
del Dios Trino
Y es más, en esa Trinidad entramos nosotros. En nosotros mora esa Trinidad
Padre, Hijo y Espíritu tal como nos lo dice nuestra Fe. “21para que todos sean uno. Como tú, oh Padre,estás en mí y yo en ti, que
también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste”
Juan 17, 21.
Esa es nuestra
realidad. Asumirla o no
asumirla, ya depende
de nosotros. Por eso es tan
importante cultivar una actitud de oración en la vida, que nos
permita asimilar esa verdad y gozarla
Nuestra capacidad de relaciones amorosas y nuestra
capacidad de percibir esa presencia del Dios Trino en nosotros es también algo
que debemos impetrar a Dios como petición constante y urgente para que
en nosotros se realice el proyecto de Dios en
nosotros .