Domingo 5 Abril
DOMINGO DE RESURRECCIÓN
- Evangelio: Juan
20,1-9
" Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que Él había de resucitar de entre los muertos."
El primer día de la semana, María Magdalena fue al
sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del
sepulcro. Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a
quien tanto quería Jesús, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al
Señor y no sabemos dónde lo han puesto." Salieron Pedro y el otro
discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo
corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose,
vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de
él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le
habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un
sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado
primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la
Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.
ANTE LA GRANDEZA DE LA REVELACIÓN DE
LA RESURRECCIÓN DE JESÚS, QUE ES TAMBIÉN LA PROMESA DE LA NUESTRA, LOS INVITO A
LEER EN ATMÓSFERA DE ORACIÓN ESTOS VERSOS
PREGÓN DE LA GRAN FIESTA
Hermanos cristianos, vigías que
avizoran las tinieblas y la oscuridad, ¿qué hay de la noche?
Compañeros de vigilia, ¿qué hay de
esta noche?
Esta noche que va a poner fin a
todas nuestras noches, si esperan vigilantes, si mantienen la esperanza.
Esta noche esperamos al sol sin
ocaso, al día sin noche, a la luz sin tinieblas,
al fuego que abrasa y renueva el
amor.
Miren, hermanos, mírenlo, que ya
viene el que violó las puertas de la muerte,
el que amó la justicia y aborreció
la maldad.
Aquí llega: está ya detrás de los
muros, atisbando nuestra alegría. Viene de la muerte, Cristo, el Señor.
Y renace la tierra, porque resucitó
Cristo nuestra esperanza. Sigue vivo para darnos la vida.
Nada se ha perdido. Todo se amontona
en nuestras manos, y en Cristo vivo todo se salvará.
En tus manos se transforma el mundo
Tú dices: "Yo soy la resurrección
y la vida", y todo cambia ante nuestros ojos.
Nuestra tierra, escenario del odio, se
convierte en la semilla de tu Reino.
Nuestra alegría, que tan pronto pasa,
se hace semilla de alegría eterna.
La muerte ya no pone término, porque
en el término tú siembras el comienzo.
La vida y la muerte en duro combate.
Vence la vida porque Tú estás con ella.
Y nosotros vencemos contigo.
En
Ti resucitó la tierra. En Ti resucitó el cielo. En Ti se hunde todo y se
yergue, sola, la vida.
(Patxi Loidi)
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