Martes 11 agosto
Mateo
18,1-5.10.12-14
" Les aseguro que, si no vuelven a ser como niños, no entrarán en el reino de los cielos "
" Les aseguro que, si no vuelven a ser como niños, no entrarán en el reino de los cielos "
En aquel momento, se acercaron los
discípulos a Jesús y le preguntaron: "¿Quién es el más importante en el
reino de los cielos?" Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo:
"Les aseguro que, si no vuelven a ser como niños, no entrarán en el reino
de los cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ése es el más
grande en el reino de los cielos. El que acoge a un niño como éste en mi nombre
me acoge a mí. Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque les digo
que sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre
celestial.
Qué reto tan especial es ese de volverse
como niños
Hasta ahora se nos había estado estimulando a que “no
fuéramos como niños” y de repente el Señor nos dice que es una condición para
entrar en el Reino
¿Y cómo son los niños?
Viven el momento y el lugar presentes y lo disfrutan alegremente,
no tienen prejuicios de religión o raza, país, olvidan con
facilidad las ofensas, se admiran con cada novedad, tienen creatividad,
son abiertos al amor , se dejan querer, se dejan enseñar,
expresan sus necesidades, aman las cosas sencillas, no tienen escrúpulos
ni sentido de culpa, ni mala conciencia
Cualidades indispensables para iniciarse en una experiencia espiritual tan particular como es la realidad del Reino de los Cielos. Examinemos cada cualidad de los niños y veremos
cuánta riqueza humana hemos dejado en el camino
Pero todo esto es recuperable. Entre el Señor y nosotros podemos
retomar cada una de esas virtudes que sumadas a las cualidades de nuestra
edad adulta nos prepararán para el Reino. Pero sin olvidar
las cualidades del niño
·
¿Y
cuáles son las cualidades “anti-niño” que hemos adquirido?: la soberbia,
la rutina, la negación a expresar nuestras necesidades , la cerrazón
para dejarnos ayudar, el apego al pasado o al futuro, los prejuicios,
las fobias, la dificultad para el amor sencillo, los rencores
y resentimientos, los escrúpulos, la mala conciencia, el sentido
de culpa
Todas ellas obstáculos para recibir con corazón nuevo el regalo
del Reino
Pidamos al Señor que nos ayude a ser
verdaderamente como niños
y así acceder a su Reino
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