LUNES 10 AGOSTO
"
si el grano de trigo arrojado en tierra no muere, se queda solo"
Dijo Jesús: En verdad, en verdad, les digo: si el grano de trigo
arrojado en tierra no muere, se queda solo; mas si muere, produce fruto
abundante.
Quien ama su alma, la pierde; y quien aborrece su alma en este mundo, la conservará para vida eterna.
Si alguno me quiere servir, sígame, y allí donde Yo estaré, mi servidor estará también; si alguno me sirve, el Padre lo honrará".
Quien ama su alma, la pierde; y quien aborrece su alma en este mundo, la conservará para vida eterna.
Si alguno me quiere servir, sígame, y allí donde Yo estaré, mi servidor estará también; si alguno me sirve, el Padre lo honrará".
Esta vez Jesús
nos pone delante de una realidad inevitable en el
seguimiento: la opción por el camino de conversión que significa necesariamente,
hacer rupturas
En otro momento nos dice Jesús: “no se puede servir a dos
señores, a Dios y a las riquezas”(Mateo 6,24)
Nuestro problema no es que rechacemos directamente
a nuestro Señor Jesucristo. Nuestro problema muy serio es que queremos servir a varios señores que incluso algunas veces son contradictorios
entre sí
Uno de estos señores que se contradicen con la propuesta de
Jesús, tal y como él mismo lo dijo, es
el servicio a la riqueza. Servir a la riqueza no significa buscar una vida en la que estén
holgadamente satisfechas nuestras necesidades ya que el Señor
quiere eso para todos sus hijos
Servir a la riqueza es cuando tenemos tan ensalzada
esa esclavitud, que la tenemos como criterio casi absoluto.
Lo tenemos en una escala superior al amor
al prójimo, al amor al más necesitado,
incluso indirectamente, al amor a Dios
mismo que no pasaría la prueba si servir a El pone en peligro nuestra
sumisión a la riqueza
Riqueza no es solo dinero. Riquezas son privilegios, comodidades,
imagen, honores, etc, que se consiguen con el dinero como fruto unas veces del trabajo y otras por medios
no del todo lícitos
Gozar de esas cosas no es nada
malo en sí, pero
en un mundo en el que hay tanta miseria y necesidad, estas cosas hay que
saber compartirlas
para que no sea una minoría la que las disfruta de todo, ante una mayoría que
apenas sobrevive con las migajas
Jesús nos dio un ejemplo
muy claro compartiendo durante toda su vida las condiciones de
los más pobres. No
todo el mundo está
llamado a compartir concretamente las condiciones de pobreza de Jesús, pero todos
estamos llamados a mantener una viva preocupación por los necesitados. No vivir de espaldas a ellos
Recordemos aquello de que “tuve hambre y me
distes de comer”(Mateo
25,35-45). Sobre eso es sobre lo que seremos juzgados
Y Jesús llegó en una ocasión muy concreta a decirle a una persona: “Vete, vende todo
lo que tienes y dalo a los pobres y luego, ven y sígueme”(Marcos 10,21).Son
llamados muy particulares, pero no es bueno que
de un plumazo nos consideremos al
margen
de estas llamadas de
Jesús que deben tener una expresión concreta en cada uno de nosotros
La actitud más acorde con el Evangelio tendría que ser la de
una indiferencia absoluta
para que sea El quien nos llame a un tipo determinado
de vida en la que pongamos en práctica una forma personal y concreta de estar a
favor de los pobres de Jesús.
Lo que queda claro es que una vida de espaldas al
“tuve hambre y me diste de comer”, no es en lo más mínimo cristiana. No es imitadora del
ejemplo de Jesús.
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