Domingo 16 agosto
Mateo 22,1-10
“Reunieron a todos los que pudieron encontrar sin importar que fueran
buenos o malos y el salón se llenó de invitados”
22,1 Jesús comenzó a hablarle a la gente una vez más por medio de historias. Les dijo: 2 «El reino de Dios es como un rey que ofreció una boda para su hijo.3 El rey envió a sus siervos para que les dijeran a los invitados que vinieran, pero los invitados no querían ir. 4 Envió otra vez a otros siervos y les dijo: “Díganles a los invitados que todo está listo, que se mataron las reses y los animales engordados. Todo está preparado. ¡Que vengan a la boda!” 5 Pero los invitados no hicieron caso. Uno se fue a trabajar en su tierra, otro se fue a sus negocios y 6 otros ataron a los siervos del rey, los torturaron y los mataron. 7 El rey se enfureció, envió a sus soldados y ellos mataron a los asesinos y quemaron su ciudad. 8 Entonces el rey les dijo a sus siervos: “La boda está lista, pero los que se invitaron no la merecían. 9 Vayan, pues, a las esquinas de las calles e inviten a todo el que encuentren para que venga”. 10 Los siervos salieron a los caminos. Reunieron a todos los que pudieron encontrar sin importar que fueran buenos o malos y el salón se llenó de invitados.
Como todas las parábolas, este es un ejemplo de situaciones parecidas, que acontecen en la realidad con protagonistas verdaderos y situaciones reales que aquí son presentadas en forma metafórica
Los personajes ficticios
son los que no quisieron venir a una supuesta boda y se ampararon en
diferentes argumentos
Los personajes verdaderos podríamos
ser nosotros, invitados a la
fiesta de la vida con Jesús,
del Reino que nos amparamos en diferentes
argumentos para posponer ese seguimiento o al menos para no ir con la velocidad
y contundencia que deberíamos
Los argumentos son unas veces explícitos,
otras veces vienen camuflajeados bajo
el manto de diferentes “negocios” que nos tienen ocupados
algunas veces hasta “responsablemente”
Cada uno sabe cuáles son esos
“negocios” que nos ocupan de tal manera que el seguimiento no tiene más remedio
que ir a un paso lento
si no es que se ha desdibujado
ya
Si queremos saber cuán bien direccionada está nuestra vida hacia el reino de Jesús fijémosnos cómo está direccionada nuestra vida hacia le gente, especialmente hacia la gente más necesitada a ejemplo del mismo Jesús
Un aspecto importante de esta
parábola es el hecho de que Jesús presente nuestra experiencia de entrega a El
como fiesta, como banquete,
como algo fascinante
Y así es.El seguimiento de Jesús en
la medida que se hace más radical se hace más festivo
aunque tenga sus aristas dolorosas, pero es fiesta
para la vida. Pruébalo y verás.
Otro aspecto importante es el hecho
de que Jesús, ante la negativa de los primeros invitados, lanza su invitación a
los menesterosos, enfermos, mendigos, toda una población marginal “sin importar
que fuera buenos o malos”.
Así es la fiesta de Jesús.
Ojalá entre esos marginales estemos nosotros
y no entre los primeros que rechazaron
gentilmente la invitación
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