Viernes 13 Marzo
Evangelio: Marcos 12,28b-34
"El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y lo amarás"
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le
preguntó: "¿Qué mandamiento es el primero de todos?" Respondió Jesús:
"El primero es: "Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único
Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con
toda tu mente, con todo tu ser." El segundo es éste: "Amarás a tu
prójimo como a ti mismo." No hay mandamiento mayor que éstos." El
escriba replicó: "Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el
Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón,
con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo
vale más que todos los holocaustos y sacrificios." Jesús, viendo que había
respondido sensatamente, le dijo: "No estás lejos del reino de Dios."
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Qué suerte tan espléndida como seres humanos tenemos por el
hecho de que nuestro primer cometido en la
vida es nada menos que el amar al ser que
engloba toda nuestra realidad y que además tiene hacia nosotros un amor infinito…!
De modo que existimos para amar…! ¿ Podía darse
una finalidad mejor a nuestra vida ?
Lo que nos corresponde como beneficiarios
de ese regalo es hacer que no sea cualquier
amor. Que sea: “con todo tu corazón,
con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser."
Cuando
hablamos de amar a Dios no nos referimos a un acto, una actividad, un cumplimiento,
un quehacer. Nos referimos a un
amor tan sublime que se opere en
nosotros una verdadera fusión, unificación con la naturaleza misma de nuestro Dios
Porque Dios no es algo objetivable.
No es que yo estoy aquí y desde aquí amo
a Dios que está fuera de mí. Dios no
es para ser conocido sino para ser experimentado como el ser, la presencia
en el que “somos, nos movemos y
existimos” HECHOS 17,28
“el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él”. Aquí es donde se nos
empiezan a complicar las cosas: en esa
condición de unicidad y de absoluto que se espera de nuestra adhesión amorosa a Dios
Desde nuestra razón brota un
claro convencimiento sobre ese carácter
indivisible de nuestro amor a nuestro Dios, pero nuestro
corazón es permanentemente asediado por otras
realidades que exigen también
compromisos excluyentes
Nuestra adoración al único Dios
verdadero está siempre amenazada por claras o sutiles idolatrías
A nivel social se envalentonan idolatrías avasalladoras.” No a la nueva idolatría del dinero 55. Una de las causas de esta
situación se encuentra en la relación que hemos establecido con el dinero, ya
que aceptamos pacíficamente su predominio sobre nosotros y nuestras sociedades” .Papa
Francisco. El Gozo del Evangelio
60. “Los mecanismos de la economía actual promueven una exacerbación del consumo, pero resulta que el consumismo
desenfrenado unido a la inequidad es doblemente dañino del tejido social” .Papa Francisco.
El Gozo del Evangelio
Si a estos enemigos sociales les agregamos todas las otras idolatrías
que se nos imponen desde nuestras propias sicologías con sus necesidades reales
o ficticias, ya podemos hacernos ideas de cómo queda esa vinculación
absoluta a Dios.
Afortunadamente, no estamos abandonados solos en esta lucha. Ese mismo Dios viene en
nuestro auxilio. Lo que nos pide es que nos dejemos auxiliar.”¿Quién nos separará del amor de Cristo?
¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o
espada?”ROMANOS 8,
35
“ Todo lo puedo en aquel que me fortalece” FILIPENSES 4,13
No hay comentarios:
Publicar un comentario