Miércoles 18 Marzo
- Evangelio: Juan 5,17-30
"Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere"
En aquel tiempo,
dijo Jesús a los judíos: "Mi Padre sigue actuando, y yo también
actúo." Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo: porque no sólo
abolía el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a
Dios. Jesús tomó la palabra y les dijo: "Se los aseguro: El Hijo no puede
hacer por su cuenta nada que no vea hacer al Padre. Lo que hace éste, eso mismo
hace también el Hijo, pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que él
hace, y le mostrará obras mayores que ésta, para el asombro de ustedes. Lo
mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da
vida a los que quiere. Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado
al Hijo el juicio de todos, para que todos honren al Hijo como honran al Padre.
El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo envió. Se los aseguro: Quien
escucha mi palabra y cree al que me envió posee la vida eterna y no se le
llamará a juicio, porque ha pasado ya de la muerte a la vida. Les aseguro que
llega la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de
Dios, y los que hayan oído vivirán. Porque, igual que el Padre dispone de la
vida, así ha dado también al Hijo el disponer de la vida. Y le ha dado potestad
de juzgar, porque es el Hijo del hombre. No les sorprenda, porque viene la hora
en que los que están en el sepulcro oirán su voz: los que hayan hecho el bien
saldrán a una resurrección de vida; los que hayan hecho el mal, a una
resurrección de juicio. Yo no puedo hacer nada por mí mismo; según le oigo,
juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del
que me envió.
Este es un
párrafo evangélico verdaderamente hermoso. Da gusto oír a nuestro
Jesús proclamando con tanta libertad su condición de Hijo Primogénito del Padre
“los judíos tenían
más ganas de matarlo: porque no sólo
abolía el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios.”
Jesús tomó la
palabra y les dijo: … pues el Padre ama al Hijo… y le mostrará obras mayores
que ésta, para el asombro de ustedes.
“ El que no honra al Hijo no honra al Padre que
lo envió”.Qué conmovedora esta identificación de Jesús con
nuestro Padre Dios…!
“Quien escucha mi
palabra y cree al que me envió posee la vida eterna”Aquí se decide la suerte del ser humano: aceptar esa Palabra de
Jesús o no hacerlo. Esa palabra no se le niega a nadie aunque no todos la oigamos en el mismo
contexto cultural o existencial
“Quien escucha
mi palabra y cree… ha pasado ya
de la muerte a la vida”.Aceptar que su Palabra es la Palabra de Dios nos lleva de la muerte a la vida.
“Porque, igual que el Padre dispone de la vida, así ha dado también
al Hijo el disponer de la vida””Yo soy el camino , la verdad y la vida”JUAN 14, 6
“los que
hayan hecho el bien
saldrán a una resurrección de vida”No
se trata solo de creer, de
asentir con la razón, sino de comprometernos en hacer el
bien a los demás.
“porque no
busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió”. Este
es el sello de Jesús,
hacer la voluntad del Padre. Este debe ser también para nosotros el único y feliz cometido de nuestra vida.
Tener como referencia
absoluta de nuestra existencia el
complacer los deseos del Padre, será la fuente de nuestra libertad, nuestra disponibilidad
para el bien, nuestro sentido real y nuestra felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario