Jueves 26 Marzo

• Evangelio: Juan 8,51-59
  "Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día"

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: "Les aseguro: quien guarda mi palabra no sabrá lo que es morir para siempre." Los judíos le dijeron: "Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: "Quien guarde mi palabra no conocerá lo que es morir para siempre"? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?" Jesús contestó: "Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien ustedes dicen: "Es nuestro Dios", aunque no lo conocen. Yo sí lo conozco, y si dijera: "No lo conozco" sería, como ustedes, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, su padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría." Los judíos le dijeron:

"No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?" Jesús les dijo: "Les aseguro que antes que naciera Abrahán, existo yo." Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.

Nos encontramos aquí a Jesús hablando de la forma más clara sobre su condición divina

 

El escándalo que producían esas palabras en sus oyentes no es nada extraño

 

El problema es que Jesús desarticula completamente las imágenes de Dios que ellos se habían creado y por eso una encarnación de Dios en una figura tan poco espectacular como Jesús, era impensable

 

El problema con el que se enfrentaron los judíos no es exclusivo de ellos. También nosotros nos escandalizamos de algunas revelaciones de Jesús

 

Cuando Jesús se identifica con los más pobres y desgraciados de la humanidad, nosotros nos resistimos a aceptar esa presencia de Dios en ellos

 

La ocasión de esta revelación de Dios sobre su presencia preferencial en los rechazados y despreciados de la humanidad, nos debe invitar a pasar nuestra mirada sobre esas víctimas y reconocer esos rostros de Dios

 

El Documento de Puebla del CELAM nos habla de estos rostros (31)“muy concretos en los que deberíamos reconocer los rasgos sufrientes de Cristo…rostros de niños, golpeados por la pobreza desde antes de nacer,… los niños vagos y muchas veces explotados de nuestras ciudades,… (33) rostros de jóvenes, desorientados por no encontrar su lugar en la sociedad,…( 34) rostros de indígenas y con frecuencia de afro-americanos, que viviendo marginados y en situaciones inhumanas,…(35) rostros de campesinos, que como grupo social viven relegados en casi todo nuestro continente,…(36) rostros de obreros frecuentemente mal retribuidos…(37) rostros de subempleados y desempleados, despedidos por las duras exigencias de crisis económicas…(38) • rostros de marginados y hacinados urbanos,…(39) rostros de ancianos, cada día más numerosos, frecuentemente marginados de la sociedad…