Viernes 27 Noviembre
Mateo 13,47-53
"Reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran"
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "El reino de los cielos se
parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces:
cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en
cestos y los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán
los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno
encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entendéis bien todo
esto?" Ellos le contestaron: "Sí." Él les dijo: "Ya veis,
un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que
va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo." Cuando Jesús acabó estas
parábolas, partió de allí.
Jesús habla aquí claramente de un juicio
que se va celebrar al final de los tiempos
No podemos negar que Jesús habla de un momento en el que se van a separar los buenos de los malos y les espera
una suerte
muy
diferente a unos y a otros
La pregunta es cómo
se compagina esto con otros
momentos en los cuales Jesus dice que vino a rescatar
o que estaba perdido o que ninguno de los que el Padre le ha confiado se
perderá
Còmo se compagina con esas parábolas del
Reino donde se presenta arriesgando su vida por salvar a la última,
“la oveja perdida”, y celebrando el hallazgo de la moneda extraviada
El perfil de Jesus en toda su misión no
es el de alguien que está anunciando
un juicio sobre las naciones sino más bien la llegada de un reino
maravilloso que comienza con él
Siempre hemos dicho que cuando Jesùs
se expresa en esos términos apocalìticos no hace otra cosa que mostrar la influencia
que tuvo esa expectativa apoclíptica durante un
tiempo de su misión, pero que este tipo de anuncio no describe el fondo su
mensaje
En pocas palabras lo que estamos
negándonos a creer es en la existencia de una condena final
y eterna que salga de los labios de Jesús para
alguien
Queda la posibilidad de pensar que sí
pueda darse esa posibilidad de condenación eterna para alguien que en completo
ejercicio de su libertad y conociendo la totalidad del mensaje de Jesus se cierre y se niegue
a la revelación del Reino de Dios
Pero esto resulta bastante
difícil de concebir. Un persona que conociendo todo el mensaje
de Jesùs sin engaños ni adulteraciones y teniendo toda la libertad mental y fìsica
para recibirlo, que esa persona no sea capaz del arrepentimiento y prefiera el
antireino es un persona bastante excepcional
Por fe en el evangelio dejamos abierta la posibilidad
Y pedimos con fuerza a nuestro Dios que
nos incluya a pesar de nuestras fallas, en ese rebaño que el Padre le confio y del que èl no
ha perdido niguno
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