Mièrcoles 4 Noviembre
Lucas 14,25-33
"El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío"
"El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío"
En aquel tiempo, mucha gente
acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: "Si alguno se viene conmigo y
no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus
hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío.
Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío. Así, ¿quién de
vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los
gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no
puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: "Este
hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar." ¿O qué rey, si va
a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil
hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el
otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz. Lo mismo
vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes, no puede ser discípulo
mío."
Hay palabras de Jesùs que siempre nos remueven y nos cuesta entender en toda
su crudeza
Cuando esas palabras se someten a la oración terminamos dándole la razón
absolutamente a Jesus y en el mejor de los casos pidiendo con urgencia sus fuerzas para poder ponerlas en la
pràctica
No nos corresponde a nosotros quitar o
poner ni una coma a la palabra de nuestro Dios
y Señor
Por eso cuando el Señor nos dice que sin
la renuncia a todos nuestros bienes no hay posibilidad de ser su discìpulo lo
que nos toca es preguntarnos què significa concretamente
eso para mì
Lo primero es hacer el inventario de lo que
llamaríamos “mis bienes”, y luego preguntarse hasta
dònde me lleva esa renuncia
Lo que està fuera de dudas es que no son compatibles una afección absoluta hacia
esos bienes y el seguimiento
a Jesùs
Para las experiencias religiosas de todos los
tiempos y lugares, esta libertad y renuncia, por lo menos afectiva, a los
bienes, es un lugar comùn
En otro momento del Evangelio Jesùs lo repite màs claramente:
“Nadie puede servir a dos señores:
a Dios y al dinero”
Nos toca entonces, como conclusión
provisional de esta reflexión, preguntarnos què
grado de afección tengo yo hacia
mis bienes y cuànta disposición
tendría a concretar un tipo de renuncia
que me devuelva esa libertad que me permite ser discípulo de Jesùs
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