Miércoles 25 Noviembre

 

Lucas 21, 12-19
"pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá"

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Os echarán mano, os perseguirán, estregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio. Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas."

 

Jesùs no nos engaña.No nos promete villas y castillos por su seguimiento.Quizà no tendremos que sufrir martirios cruentos, pero sí incomprensiones y despertaremos hasta lástima

Pero él nos recuerda que ni un cabello de nuestra cabeza perecerá

Si somos auténticamente coherentes en nuestro seguimiento a Jesus no nos van a faltar desconocimientos y rechazos

 

Yo siempre pienso que cuando no despertamos ningún tipo de incomprensión a nuestro alrededor puede ser una mala señal

 

Puede ser una señal de que nos hemos adaptado completamente al entorno

 

Nos hemos adaptado en nuestra manera de juzgar las realidades, en nuestros gustos, en nuestras urgencias, nuestra manera de relacionarnos, hasta en nuestra manera de hablar, vestirnos

 

No se trata de que seamos personas raras, pero sì que aportemos a este mundo tan globalizado, un poco de sabor auténticamente cristiano

 

Se trata muchas veces de romper con la forma como hemos ido reprimiendo nuestras profundas convicciones con la intención de no desentonar

 

El mundo necesita de gente que desde el Evangelio de Jesùs DESENTONE  más

 

Una vez escuche a alguien decir algo que no supe cómo aplicarlo  a la realidad, pero se me quedó grabado: “Hay una forma cristiana hasta de tomarse una taza de café”

 

Cada uno sabe en qué espacios de su vida puede estrenarse con una manera auténtica de desentonar. Nuestra disonancia puede ser ocasión de conversión para alguien