Miércoles 7 octubre
Lucas 11,1-4
"Señor, enséñanos a orar"
"Señor, enséñanos a orar"
Una vez que estaba Jesús orando en cierto
lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a
orar, como Juan enseñó a sus discípulos," Él les dijo: "Cuando oréis
decid: "Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día
nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros
perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la
tentación."
Jesús les da las pautas de la verdadera oración. Son las actitudes que una oración debe cubrir para ser
una oración inspirada por Jesús. Hagamos un sencillo repaso de esas pautas:
La primera pauta es la consideración de Dios como papà. Ya esto significa una revelación de
una relación especial de familiaridad cariñosa
El nombrar a Dios como Papà Nuestro nos introduce en una comunidad universal de hermanos. No somos ajenos
los unos de los otros. Somos familia con todos los hombres y mujeres del mundo y así debemos sentirnos delante de Dios
La otra actitud
trata de compartir la satisfacción por el hecho de que ese Padre goza de la condición celestial. El Padre
vive en la gloria y eso nos satisface a nosotros
E
inmediatamente venimos a trasmitirle un piropo: santificado seas, alabado
seas
Y hora Jesús no podía dejar para más tarde esta petición: Venga
tu reino
Esa es la pasión de Jesùs. Esa es la razón de su
existencia humana y divina
Y directamente relacionada con la petición anterior, el anhelo de
que se cumpla su voluntad en el cielo y en la tierra
Y ahora viene la petición con la que Jesús reivindica en carácter
religioso
de nuestras luchas
por conseguir el pan para todos
Ese pan no está fuera del plan que Dios tiene con nosotros. Y ese pan
lo conseguimos con nuestro trabajo, pero el está comprometido con nosotros a ayudarnos a conseguirlo, sobre todo cuando no es
fácil de conseguir
Y luego la forma de pedir el perdón para nosotros dando por
supuesto que nosotros también perdonamos a los que nos ofenden. Si no es así, no
tiene sentido el
esperar el perdón del Señor
Viene ahora una señal de esa constatación de nuestra
fragilidad.
Necesitamos su auxilio para no fallar. Necesitamos su protección para no caer
en la tentación y para que nos libre de ese mal que está rondando nuestras vidas
Y el AMEN que nosotros agregamos como señal de que asumimos
todas esas actitudes cuando nos orientamos hacia nuestro Dios.
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