Sábado
4 julio
Evangelio: Mateo 9,14-17
"¿Es que pueden guardar luto, mientras el novio está con ellos?"
"¿Es que pueden guardar luto, mientras el novio está con ellos?"
En aquel
tiempo, se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole: "¿Por
qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no
ayunan?" Jesús les dijo: "¿Es que pueden guardar luto los invitados a
la boda, mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al
novio, y entonces ayunarán. Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un
manto pasado; porque la pieza tira del manto y deja un roto peor. Tampoco se
echa vino nuevo en odres viejos, porque revientan los odres; se derrama el
vino, y los odres se estropean; el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así
las dos cosas se conservan."
El
comportamiento de los discípulos de Jesús chocaba... se les encontraba
demasiado alegres y contentos... poco austeros... no ayunaban... ¡eso era
escandaloso! ¿Por qué no se portan como todo el mundo? ¿como los discípulos de
los fariseos? En fin ¡todos los demás rabinos imponen una disciplina estricta a
los que quieren adelantar en la perfección!
Es el problema de Jesús y los
suyos respecto de las observancias -sabat, abluciones, ayuno- problema que se
pone aquí y que estará también en otros pasajes de los evangelios. Lo hemos
meditado ya en Marcos 2, 18-26.
-Jesús les contestó:
"Los invitados a la boda...
Esta respuesta debió provocar
estupor.
En nuestro recuerdo personal,
hay que evocar lo que esta imagen significa concretamente: Imagen de alegría y
de fiesta.
En otra ocasión, hablando
también del ayuno, Jesús había dicho: "cuando ayunes, perfúmate la cabeza
y lávate la cara; ¡que tu aspecto no sea sombrío!" (Mateo 6, 16).
-Los invitados a la boda ¿pueden estar de
luto, mientras el esposo está con ellos?
Cuando el novio invita a sus amigos a su
boda, ellos y ellas aquel día no van a una ceremonia fúnebre. Es a una fiesta,
ocasión de gozo y de alegría.
Ahora bien, Jesús es este "esposo"
misterioso que invita a su boda. El ayuno no tendría sentido. El tiempo de
Jesús es un tiempo de felicidad y júbilo intensos. Los tiempos mesiánicos ya
han llegado: Dios se ha desposado definitivamente con la humanidad "para
lo mejor y para lo peor" y nos invita a festejar ese gran acontecimiento.
¡Jesús amoroso! ¡Jesús enamorado
de la humanidad! ¡Jesús desposado con la humanidad! Todo el Antiguo Testamento
lo había anunciado. (Is 54, 4-8; 61, 10; 62, 4-5; Jr 2, 2; 31, 3; Ez 16; Os 1 a
3; Sal 45, 7-8) Y yo, por mi parte, ¿soy un enamorado de Jesús? ¿Respondo a su
amor? ¿Cómo? ¿Estoy contento y alegre? ¿Soy feliz? ¿Vivo todos y cada día como
un "invitado a la boda~?
-Pero
llegará el día en que se lleven al esposo: Entonces ayunarán.
Es el primer anuncio de la
Pasión, en san Mateo. Sobre esta intimidad de los discípulos contentos con su
maestro planea una sombra. Jesús la entrevé, la vislumbra. Por primera vez
Jesús hace alusión a su muerte... y, más allá de esta muerte, al misterio de la
separación aparente, de la ausencia del esposo.
-Nadie echa una pieza de
paño sin estrenar, a un manto pasado...
Tampoco se echa vino nuevo
en odres viejos...
Jesús es consciente de
traer al mundo una realidad nueva, sin ninguna medida común con lo que los
hombres han vivido hasta aquí. Todo lo antiguo está superado: no hay ningún
compromiso posible entre las conductas de antaño y la novedad radical de la era
nueva que Jesús instaura.
"EI vino nuevo se pone
en odres nuevos". Señor, ¡danos ese "vino nuevo"! Ese espíritu y
ese corazón nuevos. Como en Caná, cambia en buen vino el agua insípida de
nuestras vidas.
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