DOMINGO 5 JULIO
EN LA CONTINUACIÒN
DE ESTA ETAPA DE FAMILIARIDAD CON DIOS VAMOS A RECORRER ALGUNOS PÀRRAFOS DEL
EVANGELIO DE MARCOS PARA HACERNOS A UNA IDEA MÀS SISTEMÁTICA DE LA MISIÒN DE JESÙS
1:9
Aconteció en aquellos días, que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue
bautizado por Juan en el Jordán.
1:10 Y luego, cuando subía del agua, vio abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma que descendía sobre él.
1:11 Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.
1:10 Y luego, cuando subía del agua, vio abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma que descendía sobre él.
1:11 Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.
CAPITULO 1 VERSICULOS 9 AL 11
En los versículos 9-11, Marcos
presenta a Jesús tanto en su humillación (vino de Nazaret a Galilea y fue
bautizado) como en su divinidad, pues nos dice que el Espíritu Santo
descendió del cielo y que se oyó la voz del Padre.
v
También Jesús se bautiza; El
bautismo de Jesús significa que Él (aunque no es pecador) solidariza
con el pueblo y aprueba el bautismo de Juan como una
preparación necesaria a su venida.
v
Su inocencia es confirmada por el
cielo; Marcos describe cómo los cielos se abrían y cómo el Espíritu Santo
descendía en la figura de una paloma. Es la unción de Jesús
para tener el poder de
repartir el perdón y la paz del Señor.
La paloma como símbolo de paz es
una ilustración excelente de este Rey de paz. A la vez, la
paloma era el ave que siempre fue sacrificada en el templo.
Tanto la paloma como el cordero son sacrificados en el matadero. A Jesús le
sucederá lo mismo que a la paloma y al cordero: sufrir el sacrificio.
HAY UNA ABUNDANCIA DE SIGNOS MESIÀNICOS EN ESTA
PRESENTACIÒN QUE HACE MARCOS DE LA FIGURA DE JESÙS EN ESTA SU PRIMERA APARICIÒN
EN PÙBLICO.
La voz del Padre destaca la grandeza
de Jesús: "Tu eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia (o
alegría)". Estas palabras son el cumplimiento del Salmo 2,7. Nadie es más
poderoso que el hijo de Dios. Quien le recibe a Él, recibe al Padre; pero quien le rechaza,
rechaza al Padre.
CLEBREMOS CON SABROSA ALEGRÌA ESTE INICIO DE LA MISIÒN MESIÁNICA DE JESÙS
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