Sábado 9 Mayo
Juan 15,18-21
" Ustedes no son del mundo, sino que yo los he escogido sacándolos del mundo"
" Ustedes no son del mundo, sino que yo los he escogido sacándolos del mundo"
En aquel
tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Si el mundo los odia, sepan que me
ha odiado a mí antes que a ustedes. Si fueran del mundo, el mundo los amaría como
cosa suya, pero como no son del mundo, sino que yo los he escogido sacándolos
del mundo, por eso el mundo los odia. Recuerden lo que les dije: "No es el
siervo más que su amo. Si a mí me han perseguido, también a ustedes los
perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la de ustedes."
Y todo eso lo harán con ustedes a causa de mi nombre, porque no conocen al que
me envió."
¿ Y qué es eso de “mundo”? Con la palabra
“mundo” denominamos toda esa realidad humana que se construye
bajo la influencia del egoísmo, de la soberbia, el
desamor, el craso materialismo, la indolencia y todo lo aquello con lo que el
ser humano trata de sustituir al Dios verdadero
El “mundo” no es una realidad externa al ser humano.
Todos tenemos una cuota de mundo en nuestra persona de la misma manera que tenemos una semilla del
Reino dentro de nosotros (Lucas 17, 29)
El problema se presenta cuando las
categorías del “mundo” son las que dictan preferencialmente las pautas de
nuestra conceptualización y la praxis vital. En esa situación nuestra
semilla de Reino se minimiza y nos convertimos en “mundanos”
Cuando descubrimos en nosotros esas
huellas de mundanidad incrustadas en nuestra misma personalidad nos sentimos humillados. Es el momento
de pedir con fuerza a nuestro Dios que se posesione cada vez más de las capas
más profundas de nuestro ser donde se esconden estas “mundanidades”
Una señal que puede orientarnos sobre el grado de compromiso que
tenemos con la mundanidad o con el Reino es la conflictividad o armonía con la que transcurre nuestra relación
con la sociedad. Cuando el mundo nos tolera y festeja demasiado, mala señal. Cuando somos un
poco intragables por el mundo, la causa quizá es nuestra identificación con el perfil de
Jesús
Existe una “mundanidad sagrada” que acontece
cuando disfrazamos el mundo con un baño de sacralidad de tal forma
que hacemos desaparecer las categorías
del Reino tanto para nosotros mismos como para nuestro prójimo
Es un típico problema de las
figuras prominentes de las religiones (clericales,
consagradas y laicas) que bajo el pretexto de dar culto a
Dios usufructúan y defienden privilegios e imágenes contrarios al perfil de Jesús
de Nazareth
Más daño a la fe cristiana hacen estas figuras de la “mundanidad
sacra” que los ateísmos más furiosos
La reforma que ha
emprendido el Papa Francisco está siendo amenazada y lo estará
cada vez más por estos “cortesanos divinos” tanto de las esferas clericales
como de consagrados y laicos promovidos
Mantengamos la plegaria de “Ven, Señor Jesús” para que no prevalezcan los
poderes del mal.
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