Martes 12 Mayo
- "Si no me voy, no vendrá a ustedes el
Defensor"
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Ahora me voy al que me envió,
y ninguno de ustedes me pregunta: "¿Adónde vas?" Sino que, por
haberles dicho esto, la tristeza les ha llenado el corazón. Sin embargo, lo que
les digo es la verdad: les conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no
vendrá a ustedes el Defensor. En cambio, si me voy, se lo enviaré. Y cuando
venga, dejará convicto al mundo con la prueba de un pecado, de una justicia, de
una condena. De un pecado, porque no creen en mí; de una justicia, porque me
voy al Padre, y no me verán; de una condena, porque el Príncipe de este mundo
está condenado."
Este
texto habla del cumplimiento y fin de la misión de Jesús, por lo que
debe volver a su lugar de origen: al lado
del Padre. Sin embargo no deja desamparados a sus
discípulos sino que, por el contrario, es necesaria su partida para el envío del Espíritu que obrará
en el mundo por siempre
.
Si nos detuviésemos a pensar en el mensaje de Jesús al referirse al Espíritu en este pasaje, podríamos notar que resalta tres aspectos en los cuales intervendrá: el pecado, la justicia y el juicio y especifica las razones de ese momento en las cuales el mundo no estaba claro.
¿Entendemos ahora que debemos creer en Jesús, en sus enseñanzas y en sus promesas? Estamos claros y seguros de que se cumplió lo escrito y que Jesús volvió al Padre y que es su Hijo y, por último, acaso seguimos sirviendo al príncipe de este mundo que ha sido condenado por el Padre ?
Al partir Jesús y enviar al Espíritu, está fortaleciendo a todos los creyentes para continuar su misión de trabajar por la construcción del Reino para lo cual se necesita de la fuerza y sabiduría del Espíritu para no perder de vista el camino.
Es importante mantenernos firmes y fieles a nuestra fe para vivir en coherencia con lo que hemos aprendido como cristianos dentro de nuestra iglesia, comunidad de creyentes, orantes y fieles. Si nos mantenemos fieles a las promesas que hacemos al recibir los sacramentos y, nos fortalecemos cumpliendo con nosotros mismos y con el prójimo las promesas de amor fraterno, preocupándonos por lo que acontece a nuestro alrededor, no siendo indiferentes, egoístas o cómodos, podemos estar seguros(as) que se cumplirán las promesas de Jesús y el Espíritu Santo nos acompañará, fortalecerá y dará luces para encontrar la solución a tanto problema y confusión que estamos viviendo.
Guardemos en nuestro corazón las promesas de Jesús e invoquemos al Espíritu Santo para ser fuertes y ver con claridad nuestra misión aquí y ahora para un trabajo coherente y en concordancia con la propuesta de Jesús, que son: justicia, equidad, paz y armonía y así se cumplirá el Reino de amor que tanta falta nos hace. Recemos para que nuestra Iglesia siempre siga evangelizando con la palabra , el ejemplo, la coherencia y construyendo según el Espíritu. Amén
Si nos detuviésemos a pensar en el mensaje de Jesús al referirse al Espíritu en este pasaje, podríamos notar que resalta tres aspectos en los cuales intervendrá: el pecado, la justicia y el juicio y especifica las razones de ese momento en las cuales el mundo no estaba claro.
¿Entendemos ahora que debemos creer en Jesús, en sus enseñanzas y en sus promesas? Estamos claros y seguros de que se cumplió lo escrito y que Jesús volvió al Padre y que es su Hijo y, por último, acaso seguimos sirviendo al príncipe de este mundo que ha sido condenado por el Padre ?
Al partir Jesús y enviar al Espíritu, está fortaleciendo a todos los creyentes para continuar su misión de trabajar por la construcción del Reino para lo cual se necesita de la fuerza y sabiduría del Espíritu para no perder de vista el camino.
Es importante mantenernos firmes y fieles a nuestra fe para vivir en coherencia con lo que hemos aprendido como cristianos dentro de nuestra iglesia, comunidad de creyentes, orantes y fieles. Si nos mantenemos fieles a las promesas que hacemos al recibir los sacramentos y, nos fortalecemos cumpliendo con nosotros mismos y con el prójimo las promesas de amor fraterno, preocupándonos por lo que acontece a nuestro alrededor, no siendo indiferentes, egoístas o cómodos, podemos estar seguros(as) que se cumplirán las promesas de Jesús y el Espíritu Santo nos acompañará, fortalecerá y dará luces para encontrar la solución a tanto problema y confusión que estamos viviendo.
Guardemos en nuestro corazón las promesas de Jesús e invoquemos al Espíritu Santo para ser fuertes y ver con claridad nuestra misión aquí y ahora para un trabajo coherente y en concordancia con la propuesta de Jesús, que son: justicia, equidad, paz y armonía y así se cumplirá el Reino de amor que tanta falta nos hace. Recemos para que nuestra Iglesia siempre siga evangelizando con la palabra , el ejemplo, la coherencia y construyendo según el Espíritu. Amén
No hay comentarios:
Publicar un comentario