Lunes
28 diciembre
Mateo
2:13-18
13 Después que ellos se retiraron, el Angel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle.»
14 El se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto;
15 y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera el oráculo del Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.
16 Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos.
17 Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías:
18 Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen.
Apenas comienza la vida
de Jesús y ya comienza a recorrer los mismos caminos de los más pobres y
necesitados: primero el nacimiento en un pesebre y ahora el exilio forzado
No va a haber dolor
humano que nuestro Dios vaya a ignorar.
Podemos imaginar aquella
caminata en la noche de la sagrada familia de prisa y con muy poco equipaje
Podemos imaginar la
llegada a Egipto en condicione de inmigrante sin referencia, sin capacidad para
asegurarse un alojamiento decente
Todo esto nos mueve el
corazón hacia los millones de personas que hoy conocen esas situaciones en tantos países del mundo
Nosotros también hoy
lloramos a esos niños que Herodes sacrificó. Nos preguntamos por qué el Señor no
les avisó a ellos que escondieran sus hijos o huyeran de allí. Nos quedamos en
el misterio
Por nuestra fe en la
escritura creemos en estos hechos y se eleva nuestra admiración hacia ese Dios
encarnado que pasa por situaciones tan parecidas a las que hoy sufren tantos
miles de humanos
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