Lunes
21 Diciembre
Evangelio
Juan 10:31-42
a aquel a quien el Padre ha santificado
y enviado al mundo, ¿cómo decís que blasfema por haber dicho: "Yo soy
Hijo de Dios"?
31 Los judíos trajeron otra vez piedras para apedrearle.
32 Jesús les dijo: «Muchas obras buenas que vienen del Padre os he mostrado. ¿Por cuál de esas obras queréis apedrearme?»
33 Le respondieron los judíos: «No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por una blasfemia y porque tú, siendo hombre, te haces a ti mismo Dios.»
34 Jesús les respondió: «¿No está escrito en vuestra Ley: Yo he dicho: dioses sois?
35 Si llama dioses a aquellos a quienes se dirigió la Palabra de Dios - y no puede fallar la Escritura -
36 a aquel a quien el Padre ha santificado y enviado al mundo, ¿cómo le decís que blasfema por haber dicho: "Yo soy Hijo de Dios"?
37 Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis;
38 pero si las hago, aunque a mí no me creáis, creed por las obras, y así sabréis y conoceréis que el Padre está en mí y yo en el Padre.»
39 Querían de nuevo prenderle, pero se les escapó de las manos.
40 Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había estado antes bautizando, y se quedó allí.
41 Muchos fueron donde él y decían: «Juan no realizó ninguna señal, pero todo lo que dijo Juan de éste, era verdad.»
42 Y muchos allí creyeron en él.
31 Los judíos trajeron otra vez piedras para apedrearle.
32 Jesús les dijo: «Muchas obras buenas que vienen del Padre os he mostrado. ¿Por cuál de esas obras queréis apedrearme?»
33 Le respondieron los judíos: «No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por una blasfemia y porque tú, siendo hombre, te haces a ti mismo Dios.»
34 Jesús les respondió: «¿No está escrito en vuestra Ley: Yo he dicho: dioses sois?
35 Si llama dioses a aquellos a quienes se dirigió la Palabra de Dios - y no puede fallar la Escritura -
36 a aquel a quien el Padre ha santificado y enviado al mundo, ¿cómo le decís que blasfema por haber dicho: "Yo soy Hijo de Dios"?
37 Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis;
38 pero si las hago, aunque a mí no me creáis, creed por las obras, y así sabréis y conoceréis que el Padre está en mí y yo en el Padre.»
39 Querían de nuevo prenderle, pero se les escapó de las manos.
40 Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había estado antes bautizando, y se quedó allí.
41 Muchos fueron donde él y decían: «Juan no realizó ninguna señal, pero todo lo que dijo Juan de éste, era verdad.»
42 Y muchos allí creyeron en él.
Por esta razón murió
Jesús. Por no haber negado su condición. El se sabía Hijo de Dios. El sabía que eso lo negaban
rotundamente los jefes religiosos, pero él no podía negarlo
Esa vez no pudieron apedrearle pero
ya le tenían la sentencia
hecha hasta que por fin unos meses después lograron llevarla a cabo
Hay un dicho que dice “Por
la verdad murió Cristo”. Es un dicho muy acertado. El podía
haber negado su afirmación para liberarse de la muerte, pero no lo hizo
El gesto de Jesús de fidelidad a su verdad
es una enseñanza para todo ser humano para no
ocultar nunca la propia realidad
Nosotros muchas veces ocultamos
nuestras convicciones, la densidad de nuestra fe, para evitarnos problemas,
para no ser tildados de fanáticos o de ilusos
No debemos llegar al fanatismo, pero
sí a la serena proclamación
de lo que creemos como lo hizo Jesús
Así arrastraremos
a los demás a nuestra fe y estimularemos a los otros a confesar su fe
Hoy, hay países en los que confesar
la fe cristiana es motivo de muerte cruel.
Nosotros, gracias a Dios, no llegamos a eso. Por eso tenemos más razón para
confesar valientemente
nuestra fe
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