Sábado 5 septiembre
Lucas 6,1-5
" El Hijo del hombre es señor del sábado "
" El Hijo del hombre es señor del sábado "
Un sábado, Jesús atravesaba un
sembrado; sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas con las manos, se
comían el grano. Unos fariseos les preguntaron: "¿Por qué hacen en sábado
lo que no está permitido?" Jesús les replicó: "¿No han leído lo que
hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios,
tomó los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y
les dio a sus compañeros." Y añadió: "El Hijo del hombre es señor del
sábado."
Jesús rompe
con las ataduras de la religión.
En esta ruptura con la institución del sábado y con las otras rupturas, Jesús relativiza todas
las instituciones religiosas
Jesús rompió con el Templo, con la
prohibición de tocar a los leprosos, con el poder de los sacerdotes, con las
reglas de los lavatorios, con la primacía de la Ley
Jesús no
es un iconoclasta irresponsable. El establece que para relacionarse con Dios el
mandamiento es el amor: amor a Dios y
amor al prójimo
Este es el primer gran mandamiento.
Las religiones tejen una estrategia para amarrar a
Dios que resulta después contraproducente.
Dios está por encima de esas estrategias
La fe es una experiencia en la que nos lanzamos
a una especie de vacío en el que sospechamos
que nos esperan los brazos de nuestro Dios
La experiencia de ese lanzamiento algunas
veces la sentimos como riesgo INTRÉPIDO en el que no
nos acompaña ninguna certeza
Otras veces el vértigo va acompañado
con algunas señales dispersas que
nos lo hacen menos temerario
A mí particularmente me consuela el
pensar que bien VALE LA PENA el perderlo todo en aras de un gran amor aunque
del otro lado NO HUBIERA NADA
Pero inmediatamente me repongo y pienso que muy por el
contario, esa
experiencia de pérdida total, va acompañada por una infinidad de
señales en favor de la confianza. No es
certeza lógica. Es asentimiento con una dosis de fe
sospechosa pero generosa.
Todo depende de la forma
como vemos la realidad. Hay una forma de ver la realidad
que nos permite descubrir señales
de la presencia divina en todas partes
Podemos ver en todas partes a un Dios
que crea permanentemente, a un Dios que protege permanentemente,
a un Dios que hace que todo este infinito universo funcione, y a un Dios que ama
permanentemente
Esta mirada es también un regalo de Dios, porque
“nadie puede llegar al Padre si no por mí” (Juan 14)
De manera que si esta es la mirada con la
que vemos la realidad en momentos claves y
puntuales de nuestra existencia, caigamos de
rodillas en agradecimiento a
ese Jesús que nos revela y a ese Padre
que se deja revelar.
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