Lunes
18 Enero 2015
Marcos 2:18-22
18 Como los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando, vienen y le dicen: «¿Por qué mientras los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan, tus discípulos no ayunan?»
19 Jesús les dijo: «¿Pueden acaso ayunar los invitados a la boda mientras el novio está con ellos? Mientras tengan consigo al novio no pueden ayunar.
20 Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán, en aquel día.
21 Nadie cose un remiendo de paño sin tundir en un vestido viejo, pues de otro modo, lo añadido tira de él, el paño nuevo del viejo, y se produce un desgarrón peor.
22 Nadie echa tampoco vino nuevo en pellejos viejos; de otro modo, el vino reventaría los pellejos y se echaría a perder tanto el vino como los pellejos: sino que el vino nuevo, en pellejos nuevos.
18 Como los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando, vienen y le dicen: «¿Por qué mientras los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan, tus discípulos no ayunan?»
19 Jesús les dijo: «¿Pueden acaso ayunar los invitados a la boda mientras el novio está con ellos? Mientras tengan consigo al novio no pueden ayunar.
20 Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán, en aquel día.
21 Nadie cose un remiendo de paño sin tundir en un vestido viejo, pues de otro modo, lo añadido tira de él, el paño nuevo del viejo, y se produce un desgarrón peor.
22 Nadie echa tampoco vino nuevo en pellejos viejos; de otro modo, el vino reventaría los pellejos y se echaría a perder tanto el vino como los pellejos: sino que el vino nuevo, en pellejos nuevos.
Nos preguntamos si nosotros en este momento estamos con el novio
o sin el novio
Estamos con el novio en el sentido de que Jesús está siempre con
nosotros. En la eucaristía en los pobres, dentro de nosotros mismos, pero no
está con nosotros de la manera visible y tocable como estaba en aquel momento con
los discípulos
De modo que estamos sin el novio. Esto nos hace pensar en el
ayuno y la penitencia. Nunca hemos hablado de esto
De primeras tenemos que decir que la penitencia tiene sentido cuando
favorece a alguien. La penitencia no es un fin en sí misma
Si yo ayuno, alguien se debe favorecer de ese ayuno porque voy a
compartir lo que ayuné con otro que necesita ese alimento. Y así con cualquier
penitencia."Misericordia quiero y no penitencia"
Pero la penitencia puede tener sentido incluso cuando es un acto
de protesta contra el consumismo histérico que nos invade. Allì el beneficio
para el otro sería el ejemplo a seguirnos en distanciarse él también del
consumismo
La penitencia también tiene sentido como una forma de ejercitar
nuestra libertad con respecto a realidades que nos dominan. Siempre hay que
cerciorarse de que ese dominio favorece a alguien al menos como ejemplo
Todas estas salvedades las hacemos porque la motivación que siempre
hemos recibido de la penitencia la convertía en una estrategia para controlar
la benevolencia de Dios a base de nuestro sufrimiento y eso no tiene sentido.
Dios no quiere nuestro sufrimiento
Si yo me privo de algo tiene que ser porque hay otro que lo va a disfrutar
porque lo necesita. Mis privaciones, mis actos de dominio sobre lo que me
esclaviza deben tener sus beneficiarios
Si no es así tienen además el peligro de aumentar mi soberbia al
hacerme sentir como héroe. El Señor no disfruta de esos actos. Solo disfruta mi
amor a los demás
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