Domingo 3 Diciembre

 

Marcos 12:18-27
¹⁸ Se le acercan unos saduceos, esos que niegan que haya resurrección, y le preguntaban:
¹⁹ «Maestro, Moisés nos dejó escrito que si muere el hermano de alguno y deja mujer y no deja hijos, que su hermano tome a la mujer para dar descendencia a su hermano.
²⁰ Eran siete hermanos: el primero tomó mujer, pero murió sin dejar descendencia;
²¹ también el segundo la tomó y murió sin dejar descendencia; y el tercero lo mismo.
²² Ninguno de los siete dejó descendencia. Después de todos, murió también la mujer.
²³ En la resurrección, cuando resuciten, ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete la tuvieron por mujer.»
²⁴ Jesús les contestó: «¿No estáis en un error precisamente por esto, por no entender las Escrituras ni el poder de Dios?
²⁵ Pues cuando resuciten de entre los muertos, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido, sino que serán como ángeles en los cielos.
²⁶ Y acerca de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en lo de la zarza, cómo Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?
²⁷ No es un Dios de muertos, sino de vivos. Estáis en un gran error.»

 

Hemos hablado muy poco de la resurrección. Sin embargo es un realidad muy cercana  a nosotros. La resurrección es nuestro  futuro más real. Como decíamos una vez: estamos “condenados” a resucitar en el mejor sentido de la palabra

 

No sabemos cómo serán las cosas en el más allá. Ya sabemos por estas palabras de Jesús que no serán iguales a como vivimos ahora. Y por otras múltiples palabras de Jesús sabemos que serán mejores

 Jesús resucitó como primicia de nuestra resurrección

Jesús ha hablado de ese futuro como una “mansión” junto a El y su Padre. El nos ha prometido que su partida es para prepararnos una “mansión” junto a El y su Padre.(Juan 14, 2)

 

Nos ha hablado de esa vida con él como un “paraíso” cuando se la ofreció al ladron.Lucas 23,43

 

Nos habla de un estado de felicidad cuando lo opone al estado en el que estaba el rico que despreció al pobre Lázaro .Lucas 16,19

 

El argumento más fuerte para pensar en la otra vida como algo que superará todo esto actual, en felicidad, es el hecho de la paternidad de Dios. El Señor siendo nuestro Padre no podría preparar una eternidad que no fuera feliz para los que somos sus  hijos

 

Y esos podemos esperarlo prácticamente para todos los que mueren porque de existir la posibilidad del infierno, cosa que no hay que negar de forma absoluta por respeto a las palabras de Jesús,(cfr.Lázaro y Epulón.Lc.16,19), el infierno sería una posibilidad muy remota

 

Muy remota dada la condición paternal de Dios, dada la condición infinitamente misericordiosa de Jesús  y dadas las condiciones  que tienen que darse para que nuestras acciones sean realmente dignas de un castigo eterno de esas condiciones

 

Confiémonos  a la misericordia de nuestro Dios