miércoles
4 JUNIO
4 JUNIO
EVANGELIO DE HOY
Evangelio: Juan 17,11b-19
“No ruego que los retires del mundo,
sino que los guardes del mal”.
En aquel tiempo, Jesús, levantando
los ojos al cielo, oró, diciendo: "Padre santo, guárdalos en tu nombre, a
los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos,
yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se
perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura.
Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo
para que ellos mismos tengan mi alegría cumplida. Yo les he dado tu palabra, y
el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del mal. No son del
mundo, como tampoco yo soy del mundo. Conságralos en la verdad; tu palabra es
verdad. Como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo. Y por
ellos me consagro yo, para que también se consagren ellos en la verdad."
¿ Y CUÁL ES ESE EL MAL DEL QUE
QUIERE LIBERARNOS JESÚS?
VAMOS A INTENTAR UNA REFLEXIÓN QUE NOS AYUDE A COLABORAR CON LA LIBERACIÓN DEL MAL QUE QUIERE
JESÚS PARA NOSOTROS
-
En la vida del ser humano eso que
llamamos "el MAL", constituye una realidad lamentablemente inevitable. Es algo que está en relación
directa con esa cuota grande o pequeña de libertad de la que disfruta el ser humano y es también el testimonio de su
finitud y de nuestras limitaciones de conocimiento.
-
Pero esa realidad que llamamos MAL no tiene
por qué ser algo ante lo que nos sintamos como fatalmente condicionados.
Podemos cambiar. Jesús nos puede liberar.
o
La ubicación de nuestra vinculación con
el mal puede ser transformada
en una experiencia de crecimiento humano-espiritual.
-
Para hacer posible esa experiencia es
importante empezar por asumir que el "mal" es mal, porque
"daña",”hace daño”, Y ASUMIR QUE NOSOTROS EN ALGUNOS MOMENTOS SOMOS “DAÑINOS”:
producimos muerte, complejos, frustraciones,etc.
o
En
el momento en el que nos reconocemos como cómplices de ese mal, que no es otra
cosa que el daño que hacemos a los otros, debemos activar una estrategia
personal que nos libere del mal que no es otra cosa que “convertirnos” en menos
dañinos(as)
o
Es una actitud de colaboración
con la acción liberadora personal que Jesús quiere hacer en nosotros
o
En esa “conversión” puede ser muy útil
un trabajo de atención sobre nosotros mismos que nos ayude a identificar
·
1.
Las condiciones que nos llevan
a deslizarnos hacia la actuación dañina.
·
2. La forma como procesamos posteriormente nuestras
actuaciones cómplices.
-
Seis actitudes que pueden convertir nuestra experiencia de complicidad con el mal
en una experiencia de salvación podrían
ser estas:
§ Honestidad
: Esto significa:
·
1.Ponerle a las cosas su verdadero
nombre sin intentar camuflajearlas con otras denominaciones que no se
correspondan con las intenciones o con los
efectos del daño en cuestión.
·
2.Asumir la cuota de propia
responsabilidad que se tiene en el hecho.DECIRSE UNO A SÍ MISMO:SOY RESPONSABLE
DE ESTE MAL.
§ Humildad : Esto significa:
·
Reconocer lo que esta experiencia aporta
como testimonio de nuestra propia debilidad, la propia limitación y vulnerabilidad. SOY DÉBIL.
§ Contricción:
Esto significa:
·
Cultivar la experiencia del dolor por el
daño causado. SENTIRSE AFECTADO POR EL DAÑO
§ Transparencia : Esto
significa:
·
Prestarse a ser ayudado para la propia
recuperación. Para eso se requiere un ejercicio de comunicación sincera.
CONSEJERÍA ESPIRITUAL, SICOLÓGICA
§ Confianza:
Esto significa:
·
La firme convicción de que el perdón y la
reconciliación del Señor están siempre plenamente asegurados: SACRAMENTO DE
RECONCILIACIÓN
·
El Señor está de nuestra parte para
ayudarnos en esa “conversión” Aquí entra
la ORACIÓN.
§ Enmienda
: Esto significa:
·
Ubicar los medios concretos que se van a
activar para desarticular el proceso ME que llevó a la complicidad con el mal,
con el daño.
·
Reparar los daños causados que se puedan
reparar hacia dentro y hacia fuera de nosotros mismos.
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