viernes, 15 de agosto de 2014

Sabado 16 agosto
(69)
Evangelio: Mateo 19, 13-15
"No impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el Reino de los cielos"
En aquel tiempo le presentaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y rezara por ellos, pero los discípulos les regañaban. Jesús dijo: "Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el Reino de los cielos". Les impuso las manos y se marchó de allí.
 
Hace unos días hablamos de lo que quería decirnos Jesús cuando nos invita a ser como niños
 
“de los que son como ellos…” De modo que hay que “ser como ellos”. Descubramos más de sus rasgos.
 
Hagamos una contemplación de un niño(a) Pensemos en un niño(a) que todavía no haya sido malformado por sus adultos
 
Les basta algo objetivamente insignificante para despertarle la alegría, don  tan precioso
 
Siente una simpatía natural por otro niña(o) que encuentra.Haca amigos sin problemas
 

No discrimina entre las otras personas. No rechaza a otra persona por algún prejuicio racial o de color o país
 
son naturalmente confiados
Valiéndose de su llanto pide lo que necesita sin ninguna represión hasta que lo consigue
 
Muestra sin ninguna verguenza su debilidad cuando no se siente seguro(a) y busca las personas que le dan seguridad
 

Los invito a cada uno a que haga la adecuación a su propia persona de cada una de estas características que el Señor nos presenta para que aspiremos al Reino de los Cielos. 
 

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