Sabado 16 agosto
(69)
Evangelio: Mateo 19, 13-15
"No impidáis a los
niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el Reino de los cielos"
En aquel tiempo le
presentaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y rezara por
ellos, pero los discípulos les regañaban. Jesús dijo: "Dejadlos, no
impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el Reino de
los cielos". Les impuso las manos y se marchó de allí.
Hace unos días hablamos de lo que quería decirnos Jesús cuando nos invita a ser como niños
“de
los que son como ellos…” De modo que hay que “ser como ellos”. Descubramos más de sus rasgos.
Hagamos una contemplación de un niño(a) Pensemos en un niño(a) que todavía no haya sido malformado
por sus adultos
Les basta algo objetivamente insignificante para despertarle la alegría, don tan precioso
Siente una simpatía natural por otro niña(o) que encuentra.Haca amigos sin problemas
No discrimina entre las otras personas. No rechaza a otra persona por
algún prejuicio racial o de color o país
son naturalmente confiados
Valiéndose
de su llanto pide lo que necesita sin ninguna
represión hasta que lo consigue
Muestra
sin ninguna verguenza su debilidad
cuando no se siente seguro(a) y busca las
personas que le dan seguridad
Los invito a cada uno a que haga la adecuación a su propia
persona de cada una de estas características que el Señor nos presenta
para que aspiremos al Reino de los Cielos.
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